Como hijos de Dios,
disfrutas de abundancia interna, y la abundancia externa es un reflejo de quién
y qué eres. Es el resultado natural de actualizar los dones que Dios te ha
dado. La verdadera prosperidad es la que resulta de poner a nuestro espíritu al
servicio del amor.
Eres una idea en la Mente de
Dios, y una idea no abandona su origen. Dios es infinito y Dios es amor. Esa es
la verdad de Quién eres.
Formas parte de un universo de posibilidades
milagrosas que suceden en cada instante y se mueven a través del tiempo. Eres
una emanación en continua evolución de la Mente de Dios, que es una fuente
eterna de amor infinito, que nunca se queda sin ideas. Tu mayor fuente de poder
en este mundo es el conocimiento de que NO eres de este mundo.
Vivimos mucho
más cómodamente en este mundo cuando sabemos esto y pensamos así. Estamos aquí
para traer esa luz del conocimiento a todos los rincones oscurecidos que el
universo nos muestre. Al comprender esto, liberamos el potencial ilimitado
dentro de nosotros para crear lo bueno, lo verdadero y lo bello.
La prosperidad económica es
una de las muchas maneras de recibir los dones del mundo, al entregar al mundo
los dones que traemos desde más allá de él.
Para la mente del ego,
basada en el miedo, eres una masa de arcilla que tiene que competir por los
recursos materiales para sobrevivir.
Para el corazón amoroso eres una onda
inmaterial de energía que está en la tierra con una misión espiritual. No
importa lo que hagas: Tu abundancia radica en dedicar tu trabajo al propósito
de sanar al mundo. Esa es nuestra misión espiritual común, y solo podemos ser
felices si la cumplimos. Somos el regalo de Dios a la humanidad. Eso no es
arrogancia, es la verdad.
Cualquier pensamiento o
acción que nos separa del amor, nos separa de la conciencia de nuestro
propósito, de nuestra creatividad y de nuestra alegría. Nos enseñaron a
desconfiar de la abundancia, pero te diré algo: Como hijo de Dios, toda la
abundancia del universo te pertenece, porque Tú eres la abundancia. La idea de
que “debes luchar” para experimentarla solo te separa cada vez más de ella.
No
es lo mismo trabajar que luchar. El trabajo es esfuerzo creativo, una extensión
honesta de energía positiva que atrae abundancia, la lucha es una perversión de
la energía creativa basada en una interpretación errónea de tu relación básica
con el universo. La ansiedad y la lucha NO atraen tu bien. “Tengo que luchar,
porque si no nada ni nadie cuidará de mí”. Si piensas eso, tienes razón: ¡Nadie
ni nada cuidará de ti!
Estás aquí para volar con
todo el alcance de tus alas para la gloria de Quien te ha enviado. Ofreces tus
mayores dones cuando vueles completa y libremente. Si no lo haces, estás
privando de algo al universo. Un Curso de Milagros dice que “quienes más logros
han alcanzado en la vida solo han logrado una fracción de lo que cada uno de
nosotros es capaz de conseguir”. Hay un potencial ilimitado dentro de ti,
esperando ser activado por tu propia respuesta afirmativa a esa idea.
Cuando
sabes esto, te conviertes en un imán para el éxito mundano. Trabajas desde la
alegría y el universo responde. Abres tu corazón al amor y el camino se despeja
ante ti.
El amor siempre está
viniendo hacia nosotros. Nuestro trabajo no consiste en “salir a buscarlo” sino
en permitir que nos encuentre. El dinero no es solo algo que “salimos a ganar”,
sino también algo que tenemos que ser capaces de “esperar sentados y recibir”.
El ego no quiere que creas esto, pero lo único que tienes que hacer es abrir el
corazón, y toda la abundancia que necesites encontrará la manera de llegar a tu
puerta.
No nos damos cuenta de lo
que necesitamos está disponible para nosotros en todo momento. La mayor parte
del tiempo bloqueamos nuestra recepción de un milagro creyendo que no será
fácil. Y menospreciamos la mayor fuente de milagros: A los hermanos que el
universo nos pone delante. Ignoramos los dones que traen consigo. Las lecciones
nos esperan en los lugares más inesperados.
Estamos tan preocupados por “tener
éxito”, que olvidamos la importancia de tener éxito como seres humanos, de
escuchar atentamente a otras personas, de estar presentes espontáneamente para
lo que la vida nos ofrezca. Eso NO es positivo para los negocios. “Los días de
orgullo pasan rápidamente”, dice una frase del saber popular.
No podemos predecir
racionalmente de dónde provendrá el siguiente milagro. Casi siempre estamos en
el lugar adecuado en el momento apropiado si estamos presentes en el ahora.
Pensamos que el éxito depende de lo que hacemos, pero no de quienes somos. Nada
está más lejos de la verdad. Cualquier cosa que frena el flujo del amor, frena
el flujo de nuestro éxito.
El universo no distingue
entre “amor” y “trabajo”, porque en realidad ¡todo es amor y todo es trabajo!
Volverle la espalda al amor NUNCA es un acto inteligente para tu carrera. Deja
que fluya el amor “de ti” y volverá “a ti”.