El presidente del Banco
Central Europeo, Mario Draghi, ha defendido este jueves que la reforma laboral
del Gobierno de Mariano Rajoy ha sido "un factor de apoyo al crecimiento
del empleo" desde su aprobación en el año 2012, a la vez que ha indicado
que esto, junto con las medidas adoptadas por Portugal en su rescate, debería
animar a otros países con altas tasas de desempleo.
"La experiencia durante
la crisis ha demostrado que las reformas pueden funcionar. Se estima que las
reformas adoptadas por Portugal bajo su programa de ajuste han reducido tres
puntos la tasa de desempleo entre 2011 y 2014. Igualmente, la reforma laboral
española de 2012 ha sido un factor de apoyo al crecimiento del empleo desde
entonces", ha expresado en su discurso en el Brussels Economic Forum.
El banquero italiano ha
señalado que esto debería animar a otros países a continuar con sus esfuerzos,
en particular a aquellos donde las altas tasas de desempleo existen desde hace
"tanto tiempo que se ha permitido que se convierta en una norma
social".
No obstante, Draghi ha
señalado que el "reto" no es sólo que la población desempleada
encuentre un puesto de trabajo, sino también aumentar la población activa. En
este sentido, ha señalado que mientras que muchos países de la Eurozona tienen
tasas de actividad "relativamente bajas" y que existen incluso
diferencias de 15 puntos porcentuales entre Estado miembros.
Durante su intervención, el
presidente del BCE ha explicado que, junto con la reducción de las tasas de
desempleo, el otro reto para incrementar el crecimiento potencial es la
"difícil" tarea de aumentar la productividad. "Los indicadores de
investigación y desarrollo sugieren que la Eurozona se está retrasando en
términos de capacidad de innovación, particularmente en el sector
servicios", ha apostillado.
Para ello, ha instado a
completar el mercado único para eliminar las "barreras estructurales"
a la difusión del conocimiento en Europea, a crear condiciones para que las
compañías más productivas se puedan expandir rápidamente y atraer recursos y
apostar por una mejora del capital humano.
Por otro lado, Draghi ha
recordado que el objetivo del BCE es conseguir una inflación de la zona euro
cercana y por debajo al 2%, pero ha subrayado que "la política monetaria
no existe en el vacío", y ha reiterado la necesidad de que los socios del
euro pongan en marcha reformas estructurales para apoyar la política del banco
central.
"Hay muchas razones
comprensibles para retrasar las reformas estructurales, pero hay pocas
económicas. El coste del retraso es, llanamente, demasiado alto", ha
advertido el banquero italiano.