Europa es donde menos se
trabaja, pero también donde la productividad es más alta. Esta es la conclusión
a la que se llega tras analizar el informe sobre perspectivas laborales, basado
en datos de 2015, de la OCDE. Son los países más prósperos quienes se dejan al
año menos horas en su trabajo mientras que los datos más altos se registran en América.
A pesar de ello, pertenecer al grupo de países que trabajan menos horas no
debería suponer un problema si se registra un buen dato de productividad por
hora.
Alemania lleva liderando los
últimos nueve años la tabla por la parte baja —1.371 horas en 2015— aunque este
dato se compensa con una alta productividad laboral. Según datos de Eurostat de
2015, situando la productividad media europea por hora en 100 unidades de
producción, Alemania es un 29,6% más productiva. A pesar de ello, no encabezan
el «ránking» del continente. Holanda, Francia, Irlanda y Luxemburgo copan los
primeros puestos de las naciones más productivas alcanzando éste último las
184,9 unidades, el mayor valor registrado. A la cola del viejo continente, en
productividad por hora, se sitúan principalmente países del este de Europa:
Bulgaria (43,2), Rumanía (53,1), Letonia (55,3), Polonia (59,3) y Croacia
(61,5).
La conclusión, simple:
trabajar más horas no está relacionado con la productividad, explica Francisco
Aranda, presidente de asuntos laborales de CEIM-CEOE. «No se trata de estar
muchas horas, sino las adecuadas, y que esas horas sean bien utilizadas. La
productividad se basa en los medios, los procesos y el capital humano. Alemania
se ha preocupado de ello. Nuestra formación es en mano de obra de baja
cualificación, y la suya un capital humano que genera valor añadido».
Países como Alemania se
benefician de su alta productividad para compensar las escasas horas que se
dejan al día en el trabajo. «Alemania es un ejemplo de reformas del mercado de
trabajo tanto a nivel de normativa, como de procesos, como de formación», añade
Aranda, quien alaba el modelo alemán por tener un sistema adaptado al «tejido
productivo».
Ejemplo de esto son los
países donde más horas se trabaja al año: México (2.246), Costa Rica (2.230) y
Grecia (2.014). En todos ellos cuentan con un sistema de trabajo atrasado y la
formación de su capital humano no está adaptada al mercado. «Lo ideal es tener
unas horas bajas de trabajo y una productividad alta. No se trata de trabajar
más, sino de trabajar menos pero que tus instalaciones sean las que rinden
más», destaca Sandalio Gómez, profesor del IESE Business School.
En el caso de España, la
OCDE revela que se emplean en el trabajo 1.691 horas anuales. La media de los
países de la entidad se sitúa en 1.766, lo que supone que el trabajador español
se deja un 4,5% menos en su labor al año en comparación a la media de los
países de la organización. Con respecto a Alemania, los españoles trabajan 320
horas más pero su productividad es menor. Ésta queda en 99,8 unidades de
producción a la hora, el equivalente al valor de referencia europeo, y un 21,4%
inferior a la registrada por Alemania. Para Gómez, las claves para aumentar la
productividad en España pasan por «modernizar las instalaciones, adaptarse a
los requisitos que necesita la empresa, mejorar mediante un pacto social para
renovar las instalaciones y mejorar la formación».
A pesar de ello, España es
el país de entre las potencias europeas donde más ha crecido la productividad
en tiempos de crisis. Respecto a 2010, ésta ha ascendido en un 6,5%, superior
al incremento registrado por el resto de «competidores» como Alemania, Reino
Unido, Francia e Italia que cuentan con una productividad cíclica, al contrario
que España.
Los expertos coinciden en la
necesidad de modificar el tamaño de las empresas para aumentar la productividad
ya que en España se cuenta, tal como relata Aranda, con «empresas pequeñas y
microempresas”» cuando los datos reflejan que las «empresas medianas o grandes
son más productivas». «A mayor tamaño de la empresa, mayor productividad»,
coincide también el profesor Gómez.
El elemento esencial no es
tanto las horas que dedica cada trabajador al empleo anualmente sino su
productividad. El crecimiento de ésta en España supone un recorte respecto al
resto de potencias pero continúa siendo insuficiente. El objetivo, equiparar la
productividad por hora a la de los países de referencia como Estados Unidos,
Holanda y Alemania, así como el número de horas trabajadas.