Los analistas aseguran que el gasto de las familias crecerá
en torno al 2%, frente al 3% de este año
Faltan 2 días para que España ponga punto y final a un año
en el que el PIB habrá crecido a un ritmo del 3,2%, el avance del empleo
rondará también el 3% y el déficit quedará, salvo sorpresa de última hora, por
debajo del límite del 4,6% del PIB comprometido con Bruselas. El petróleo
barato, un tipo de cambio favorable y la fiscalidad expansiva lograron vencer a
la incertidumbre generada por la interinidad del Gobierno durante casi un año.
Así, 2016 se despedirá con unas cifras que sitúan a España a la cabeza de
Europa en materia económica.
Pero lo cierto es que en 2017, inevitablemente, se girarán
las tornas y el Ejecutivo, ya a pleno rendimiento, tendrá que vérselas con la
moderación de los vientos de cola. A esto se añade la pérdida de brío de uno de
los factores decisivos de los últimos años: el consumo. Las previsiones tanto
del Banco de España, como de la Comisión Europea, la OCDE, el Gobierno, Funcas
y las estimaciones preliminares del FMI en el cuadro de su misión anual en
nuestro país coinciden en señalar que la desaceleración del PIB del próximo año
vendrá explicada en gran medida porque los consumidores empezarán a gastar con
menos alegría.
Las distintas instituciones dibujan un escenario de
desaceleración del crecimiento del PIB el próximo año de entre 0,7 y 0,9
puntos, y la razón fundamental será la ralentización del consumo privado (entre
0,7 y 1,3 puntos porcentuales, ver gráfico). El que los hogares comiencen a
apretarse una vez más el cinturón plantea un desafío que no es menor, pues el
consumo privado explica más de la mitad del crecimiento de la economía española
en 2016.
Menor
creación de empleo
Los expertos coinciden en señalar la inflación, la menor
creación de empleo y el agotamiento de la rebaja del IRPF de 2015 como las
causas principales. «La evolución del precio petróleo, especialmente a raíz del
acuerdo que los países de la OPEP alcanzaron el pasado 30 de noviembre para
restringir el volumen de producción, provocará un incremento de la tasa de
inflación interanual que podría situarse cerca del 2% en los primeros meses de
2017. Sin un incremento significativo de los salarios en el corto plazo y con
una inflación que transitará del -0,2% en 2016 al 1,8% en 2017, según nuestras
estimaciones, la merma del poder adquisitivo de los hogares se hará notar en el
consumo», asegura un informe de Analistas Financieros Internacionales (Afi).
En lo que respecta a la evolución del mercado de trabajo,
será determinante tanto por la evolución de los salarios como por el ritmo de
creación de empleo. «Desde finales de 2013 se han generado 1,3 millones de
empleos netos, que han contribuido a la recuperación de la renta de los
hogares. Y lo continuarán haciendo durante el próximo año, cuando se crearán en
torno a 470.000 puestos de trabajo. Pero aunque la retribución de los
asalariados del sector público ha cobrado vigor, la del sector privado se ha
moderado», alertan desde BBVA Research.
En la misma línea se muestran desde Afi: «Aunque el mercado
laboral seguirá creando empleo a tasas superiores al 2% anual, acusará una
desaceleración gradual por el fin de los vientos de cola. Esta evolución debe
entenderse como una normalización del mercado laboral, que ha creado más de un
millón de empleos netos en los dos últimos años, algo que cabe calificar de
excepcional», aseveran.
Fiscalidad
El cambio de signo de la fiscalidad también se dejará notar
en las decisiones de gasto de las familias españolas aunque, eso sí, de forma
moderada. «Al agotamiento de la rebaja de la fiscalidad directa en 2015, cuyo
efecto se prolongó en 2016, se añaden en 2017 las nuevas medidas fiscales
anunciadas por el Gobierno. Estas medidas apuntan hacia un incremento de la
fiscalidad indirecta (alcohol, tabaco y bebidas carbonatadas) si bien su
impacto sobre el consumo agregado será relativamente moderado», explica Afi.
Tampoco hay que desdeñar el efectos que la mala racha de la
Bolsa está teniendo sobre la riqueza financiera de las familias. «La caída de
las cotizaciones bursátiles ha lastrado la riqueza financiera neta de los
hogares en 2016 y esto ha repercutido negativamente sobre el consumo,
especialmente durante el segundo semestre del año», apuntan desde el BBVA. Cabe
recordar que el 24 de junio, cuando se conoció la victoria del Brexit, el Ibex
sufrió la mayor caída de su historia, y perdió un 12,35% de su valor. Para
poner en contexto la magnitud de la caída, basta con acudir la segunda mayor
caída del selectivo, el viernes 10 de octubre de 2008, un mes después de la
quiebra de Lehman Brothers, cuando el Ibex se dejó un 9,14%.
Además, la tasa de ahorro de los hogares se encuentra
actualmente en el 8,4% de la renta bruta disponible, aproximadamente dos puntos
menos que antes de la crisis, lo que, «unido a la incertidumbre sobre la
evolución global, no sugiere que los hogares vayan a perseverar en la
disminución de su ahorro», advierte Afi.
No obstante, también hay factores que sostendrán el
crecimiento del gasto privado. Uno de los principal, la financiación al consumo
que «avanza a paso firme», según BBVA. El volumen de las nuevas operaciones de
crédito al consumo ha crecido en torno al 30% en 2016 lo que ha hecho que estos
créditos supongan ya el 6,1% del PIB.