Un organigrama poco preciso puede generar confusión entre
compañeros o incluso entre departamentos.
Las discusiones en la oficina son inevitables y hay que
aceptar que son parte de la vida laboral. Sin embargo, es imprescindible
aclararlas y resolverlas cuanto antes a riesgo de afectar la productividad o
incluso la vida personal del trabajador, tal y como recuerdan desde la
Comunidad Laboral Trabajando.com-Universia.
Los expertos en recursos humanos hacen hincapié en la
necesidad de diferenciar si se trata de una situación nociva puntual, o si por
el contrario es un síntoma de que algo no marcha bien. Algunas de las
consecuencias de trabajar en un ambiente tóxico se reflejan en la desmotivación
del empleado y en posibles situaciones de pasividad.
Estas situaciones recopiladas por la Comunidad Laboral
Trabajando.com-Universia son un síntoma de que el ambiente de trabajo en tu
oficina necesita mejorar:
Falta de claridad. Un organigrama poco preciso puede generar
confusión entre compañeros o incluso entre departamentos. No especificar las
tareas de cada empleado da lugar a problemas cuando se busca al responsable de
algún error.
Conflictos de intereses. Las metas personales y la ambición
provocan que las personas trabajen de manera individualista. El deseo de
ascender contribuye a que el individuo trabaje de manera competitiva y
déprioridad a las tareas personales sobre el trabajo en equipo. Una medida
preventiva consistiría en recordar a los trabajadores que deben alinear sus
objetivos personales con los de la organización.
Choque de creencias o estilos de vida. Respetar las distintas
formas de pensar es imprescindible para conseguir que las relaciones sean
gratificantes, por lo que siempre hay que trabajar por lograr un clima de
tolerancia.
Falta de comunicación. Una ineficiente estrategia de
comunicación interna puede tener grandes consecuencias, desde malentendidos
hasta el fracaso de proyectos. De esta manera, es fundamental invertir en esta
área para fomentar la participación y el compromiso de los empleados. Por
ejemplo, se podría crear un correo electrónico informativo que resuma lo que se
habló durante una reunión.
Sin embargo, existen varias estrategias para conseguir
fortalecer las relaciones y que las partes implicadas en el conflicto puedan
llegar a un acuerdo:
Emplear la escucha activa. En situaciones conflictivas, las
partes implicadas suelen rebatir antes que escuchar, por lo que juzgan las
razones de la otra persona bajo su punto de vista sin empatizar. El responsable
debe asegurarse de que ambas partes tienen la oportunidad de dar su opinión
sobre el tema que les preocupa. controlar las emociones y ser tolerante.
Lidiar con el conflicto de forma colaborativa. Durante la
sesión ambos participantes deben analizar el problema desde la perspectiva de
la otra persona y buscar soluciones en común. También puede monitorizarse la
incidencia para evaluar su progreso.
Definir unas reglas de comportamiento. Se trata de explicar
cómo perjudica a la empresa el conflicto entre compañeros y determinar las
consecuencias que tendría la repetición de una conducta inapropiada.
«Las relaciones interpersonales son fundamentales para el
rendimiento laboral y empresarial. Es inevitable que existan diferencias, sin
embargo, antes de enfrentarnos a cualquier discusión, las personas deben
primero ordenar sus pensamientos, respirar profundo, y asegurarse de utilizar
un lenguaje verbal y no verbal respetuoso con la otra parte, aunque pensemos de
una manera totalmente contraria», señala Javier Caparrós, director general de
Trabajando.com España y HR-Consulting.