Desde mediados de
2015, raro son los padres españoles que no han tenido un problema a la hora de
vacunar a sus hijos. Y es que hasta cinco de las vacunas infantiles más comunes
para la inmunización de bebés y niños pequeños han sufrido graves
desabastecimientos en nuestro país. Primero fue la vacuna de la varicela, le
siguió la de la meningitis B y recientemente se han unido a esta lista de falta
de suministro las vacunas de la tosferina, el tétanos y la difteria.
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Los problemas de fabricación mundial en los principales
laboratorios de estas vacunas, la británica GlaxoSmithKline y la francesa
Sanofi es, en principio, la causa principal de este desabastecimiento masivo.
Sin embargo, en el caso de España se han unido dos aspectos internos más que
han servido para agravar el problema.
Por un lado, la falta de previsión del Ministerio de Sanidad
ante la fuerte demanda de los padres, como se ha puesto de manifiesto con la
nueva vacuna de la meningitis y, por otro, la existencia aún de discrepancias
dentro de los expertos del propio Ministerio sobre la conveniencia de aumentar
el número de población infantil que recibe las vacunas.
Esta última razón se puso de manifiesto con la vacuna de la
varicela. El Ministerio de Sanidad impuso un veto a la vacuna Varivax de la
farmacéutica Sanofi Pasteur MSD en el año 2013, en la época de Ana Mato. El
producto dejó de poder comprarse en las farmacias y pasó sólo a casos excepcionales
en los centros hospitalarios. La decisión se tomó porque en aquel momento se
impuso en el Ministerio la tesis del grupo de técnicos que apoyan la corriente
científica que defiende que es mejor, a largo plazo, que los niños pasen esta
enfermedad.
Sin embargo, muchos padres -aconsejados por sus pediatras,
que sí recomiendan su uso- empezaron entonces a ir a farmacias de Portugal y
Andorra, donde sí estaba disponible, para comprar la vacuna, que cuesta unos 70
euros cada una de las dos dosis que debe administrarse.
Veinte meses después de aquella decisión, con elecciones a
la vista, y con el nuevo ministro Alfonso Alonso al frente, el Ministerio
corrigió por completo aquella decisión. No sólo la vacuna volvió a las
farmacias, sino que desde principios de 2016 se tomó la decisión de que fuese
una de las vacunas incluidas en el calendario común y, por tanto, pasó a estar
financiada. De la nada al todo.
Otro cambio de
criterio
En el caso de la vacuna de la meningitis B, también Sanidad
tuvo un cambio de criterio. Desde 2013 hasta octubre de 2015, esta vacuna
estuvo restringida al uso hospitalario. Con la presión de los pediatras, que
recomendaban su uso, y los padres, que viajaban también a Francia o Portugal
para comprarla, el ministro Alonso permitió su venta libre en farmacias. La
expectación y la demanda fue tal que desde el primer día que salió a la venta,
el 1 de octubre de 2015, las farmacias se quedaron sin existencias.
Desde entonces y hasta hoy, apenas unos pocos han conseguido
adquirir esta vacuna y las listas de espera son de meses en muchas regiones. La
demanda de los padres superó con creces la previsión de abastecimiento del
laboratorio, que además sigue teniendo problemas de fabricación. Sanidad
también reconoció que sus previsiones sobre el uso de esta vacuna se habían
visto "desbordadas". Las farmacias también lanzaron un llamamiento
ante esta situación que tildaron de "inédita y anómala".
Posteriormente, el Ministerio de Sanidad volvió a tener un
problema de desabastecimiento con la vacuna de la tosferina. Las autoridades
sanitarias recomendaron el pasado año extender esta vacunación a las
embarazadas entre las semanas 27 y 36. Esta ampliación de la cobertura se
realizó sin aviso previo a los fabricantes de la vacuna, lo que unido a otro
problema mundial en la fabricación ha provocado de nuevo la falta de unidades.
Ante el desabastecimiento, las autonomías han optado por suspender de manera temporal
la vacuna de recuerdo de las tosferina, que se utilizaba en los niños de seis
años para poder vacunar a las embarazadas.
Por último, en este mes, y en este caso debido al cambio en
las condiciones de comercialización de los laboratorios GSK y Sanofi, España se
ha quedado también sin existencias suficientes de la vacuna del tétanos. Por
este motivo, el Ministerio de Sanidad ha decidido suspender temporalmente la
dosis de recuerdo que se aplica a los adolescentes de 14 años y a los adultos,
y dedicará las dosis existentes sólo a los casos de riesgo ante heridas o
quemaduras que lo necesiten. Mientras, Sanidad está buscando en el extranjero
dosis de la vacuna contra el tétanos para poder importarlas a España y
recuperar las vacunaciones de recuerdo.
En este caso, la Asociación Española de Pediatría ha alzado
la voz. "La lenta maquinaria burocrática que regula las compras y la
distribución en las comunidades autónomas hará que se vuelva a la normalidad
del suministro, pues el problema de fabricación ya está, al parecer,
solucionado. Pero resulta muy incómoda esta situación, ya repetida, en la que
los pediatras tenemos que dar a las familias unas explicaciones de algo de lo
que no somos siquiera informados", aseguran.