El FMI asegura que nuestro país crecerá un 3,1%, más del
doble que Francia (1,5%) e Italia (1,3%)
Los datos están confirmando que la salida de la crisis en
que ha estado sumida la economía mundial desde el año 2008 no está siendo igual
para todos los países. El Fondo Monetario Internacional (FMI) acaba de
certificar que España será la economía avanzada que más crecerá este año, un
3,1%, después de que haya revisado cinco décimas al alza su previsión del
pasado mes de abril.
En el caso de nuestro país un reciente informe monográfico
sobre la economía española de esta institución celebraba el buen dato de
crecimiento económico español pero, al mismo tiempo, advertía de los riesgos de
no continuar con las reformas emprendidas para reducir las vulnerabilidades de
nuestra economía como son el elevado nivel de deuda pública, la reducción del
desempleo estructural o el fomento de la productividad.
En el conjunto de los países avanzados el Producto Interior
Bruto (PIB) crecerá este año un 2%, la misma estimación de abril, sobre todo
porque algunos de sus miembros destacados, como Estados Unidos, han sufrido una
revisión de dos décimas a la baja de su previsión económica para este año,
hasta el 2,1%. En cuanto a Europa, principal destino de las exportaciones
españolas, la situación según el Fondo Monetario Internacional mejora en el
caso de la mayoría de los países, aunque todos con unos niveles de crecimiento
inferiores al de España.
De este modo, según el FMI, la economía alemana crecerá este
año un 1,8%, lo que suponen 2 décimas más que lo calculado en abril, el mismo
avance pronosticado para Francia aunque en este caso con una aceleración de su
economía de un 1,5%. El caso de Italia sorprende positivamente ya que el FMI le
ha mejorado la previsión cinco décimas, hasta el 1,3%. En cuanto al resto del
«equipo» de los países avanzados hay desigualdades en materia de crecimiento
pero destacan Canadá, con un crecimiento previsto del 2,5% y Japón con un 1,3%
de avance.
En el caso de las economías europeas, las previsiones han
sido revisadas en general al alza «porque el crecimiento en el primer trimestre
del año ha sido superior al previsto y esto, junto con la aceleración de la
actividad en el cuarto trimestre de 2016 y las buenas perspectivas de la
mayoría de indicadores del segundo trimestre del año, son fiel reflejo de que
la fortaleza de la demanda doméstica está siendo finalmente más vigorosa de lo
previsto».
Países emergentes
Como en años anteriores las tasas más elevadas de
crecimiento económico se registrarán en los países emergentes y en vías de
desarrollo que, en conjunto, avanzarán un 4,6% con una mejora de una décima en
relación a la previsión de abril. Destaca el caso de China, cuya economía
crecerá un 6,7%, lo que supone una décimas más que lo pronosticado en abril.
India, por su parte, será la campeona mundial del crecimiento económico, con
nada menos que un 7,2% de avance previsto.
En el caso de los países iberoamericanos hay muchas
desigualdades que van desde el 0,3% previsto de avance para Brasil, con una mejora
de tan solo una décimas, al 1,9% de crecimiento que está previsto para México
tras recibir una mejora de 2 décimas en la previsión.
En cuando a la inflación también ha habido actualización y
el Fondo Monetario Internacional asegura que en el caso delas economías
avanzadas se mantiene por debajo de los objetivos fijados, que en el caso de la
Eurozona es del 2%, al tiempo que se mantiene también en niveles bajos en
varias economías emergentes como Brasil, India y Rusia.
La institución multilateral con sede en Washington cree que
«los riesgos para el crecimiento económico a nivel global se mantienen
equilibrados y, en general, a la baja a medio plazo. En Europa, sin embargo, la
recuperación cíclica puede sorprender positivamente después de que se hayan
dispersado en parte los riesgos políticos».
En general el FMI cree que «el crecimiento global previsto
para los años 2017-2018 en el conjunto de la economía mundial, algo superior al
3,2% estimado para 2016, está todavía aún por debajo de los niveles anteriores
a la crisis, especialmente para la mayoría de las economías avanzadas y para
las emergentes y en desarrollo dedicadas a la exportación de materias primas».
Maurice Obstfeld, Director de Investigación del Fondo
Monetario Internacional, aseguró en la presentación del informe en Asia que «la
firme recuperación en que se encuentra la economía mundial ha cambiado algo
respecto a nuestra previsión del mes de abril ya que hemos elevado la previsión
de crecimiento para muchos países europeos así como para Japón y para China al
tiempo que percibimos cierta mejoría en los países europeos en desarrollo y en
México».
«Desde el punto de vista global todos estos datos reflejan
que la economía mundial está en la mayor etapa de crecimiento de la última
década, como lo demuestra el alza que ha experimentado el comercio mundial con
unos volúmenes que está previsto que crezcan por encima de la economía global
en los dos próximos años», añadió Obstfeld.
En materia de riesgos y en en el lado de los que podrían
hacer crecer aún más la economía está Europa que, una vez despejado el riesgo
político de que los populismos se hicieran con el gobierno de algún país,
podría crecer más de lo pronosticado tanto este año como el próximo. En el lado
bajista de estos riesgos el FMI sitúa el hecho de que muchos países emergentes
y en vías de desarrollo han recibido flujos de capital a unos tipos de interés
muy bajos, que posiblemente les revierta negativamente en su balanza de pagos.
Y, como no podía ser de otra manera, el cambio de rumbo de la política
monetaria de muchos bancos centrales del mundo, que han empezado a considerar
seriamente abandonar la política monetaria acomodaticia llevada a cabo figura
también entre los riesgos a la baja. En el lado de los riesgos a la baja para
el FMI están también la amenaza por parte de algunos países, sobre todo Estados
Unidos, de llevar a cabo políticas proteccionistas así como los riesgos
geopolíticos en general.
Más desigualdades
Maurice Obstfeld apunta que «a pesar de la mejora de las
perspectivas económicas no hay que perder de vista que en muchas economías
avanzadas los ingresos reales medios están estancados desde hace tiempo, lo que
ha hecho que la desigualdad haya aumentado en estos años. Incluso con la tasa
de paro cayendo el crecimiento de los salarios se mantiene débil. Así, el lento
crecimiento económico que no conlleva mejoras en las condiciones de vida de los
ciudadanos puede acarrear el riesgo de aumento de las tensiones sociales que ya
han llevado a algunos electorados en la dirección de encerrarse en sí mismos
desde el punto de vista económico. Por el contrario, en los países emergentes y
pese a que las desigualdades son mayores, los sustanciales aumentos de los
ingresos con en todos los estratos, incluso en los que menos ganan». Y, como ya
es habitual, el informe concluye con la receta habitual de «insistir en las
reformas estructurales para potenciar de crecimiento».
Revisión a la baja
para Reino Unido y EE.UU.
Parece el mundo al revés. Resulta extraño pero tanto Estados
Unidos como Reino Unido crecerán este año y el próximo menos que lo hará la
economía mundial. En el caso de Reino Unido es más que evidente que está
empezando a pagar la factura de la decisión de los ciudadanos de su país de
abandonar la Unión Europea, el Brexit, en forma de contracción de la economía.
El Fondo Monetario Internacional ha pronosticado para este país un crecimiento
económico de tan solo un 1,7%, lo que supondrá de confirmarse cinco décimas
menos que en 2016 y, además, supone una rebaja de tres décimas respecto a la
previsión del mes de abril realizada por esta misma institución.
Maurice Obstfeld, Director de Investigación del Fondo
Monetario Internacional, justifica la rebaja de las perspectivas económicas de
Reino Unido en el hecho e que «el impacto del Brexit en el país sigue siendo
una incógnita pero, en todo caso, a la baja como lo demuestra el hecho de que
la actividad en el primer trimestre de este año haya sido inferior a la
prevista».
Y, como es habitual, las malas noticias no suelen venir
solas. Al menos crecimiento de la economía británica se le suma una caída de la
libra de un 16% y una inflación al alza ya en el 2,7%.
En el caso de Estados Unidos también ha habido rebaja de
previsión de crecimiento de su economía para este año, en concreto del 2,3%
pronosticado en abril al 2,1%, y del 2,5% previsto para 2018 a también el 2,1%.
La principal razón, sobre todo en la del año 2018, es debida a que «la política
fiscal anunciada por el Gobierno de ese país será finalmente menos
expansionista que lo que se había supuesto en un primer momento, dadas las
incertidumbres que rodean tanto el calendario como la naturaleza en sí de los
cambios en la política fiscal de Estados Unidos. Además, a lo anterior se ha
unido el hecho de que las expectativas del mercado, y por tanto de las empresas
y de la Bolsa, en relación a los estímulos fiscales han bajado también».
Obstfeld considera que «sin ningún género de dudas la rebaja
de crecimiento más importante y más significativa que hemos realizado en este
informe ha sido en relación a Estados Unidos. En los próximos dos años, el
crecimiento de la economía norteamericana debería mantenerse por encima de su
potencial a largo plazo pero, sin embargo, hemos reducido nuestro pronóstico para
los dos años al 2,1% porque los efectos de la política fiscal expansionista
anunciados serán menores de los que preveíamos. En todo caso, este 2,1% de los
dos próximos años será superior al 1,6% que creció Estados Unidos en el año
2016».